![]() Lejos de la academia. Lejos de las Bellas Artes. Una escena trágica bañada en sangre de mujer. Sangre que redunda en todo el lienzo, en la cama, en el cuerpo extremo, desnudo, despojado de sensualidad, en el cuerpo adentro, lastimado, ultrajado; en las sábanas, en las paredes, en el marco, en el piso… una escena sangrienta que termina salpicando el rostro del que la contempla. “Unos cuantos piquetitos”[1]… apenas. Según la policía fueron 20 puñaladas. Frida Kahlo traslada, al arte popular mexicano, la noticia que lee en la prensa y transcribe la defensa que esgrime el marido en tribunales, a una banda suspendida en el aire por palomas, donde se lee: “Unos cuantos piquetitos”. Los exvotos son ofrendas hechas en México a la virgen, a Jesús o a un santito, en cumplimiento de una promesa para que ocurra un milagro, o en agradecimiento por un favor recibido ante una desgracia o accidente. Objetos colgados o pintados recreando escenas de enfermedad, catástrofes, necesidades o bendiciones. Tienen como antecedente figuras de barro o bronce encontradas en santuarios y lugares de culto en las civilizaciones egipcias y mesopotámicas. Símbolos de haber recibido un don o de haber solicitado una curación o gracia a una divinidad que se supone milagrosa. Un exvoto es diálogo entre los hombres y mujeres con los dioses cuando ya no se puede apelar a la naturaleza o a la ciencia. Es un ruego, una súplica, un reconocimiento siempre. Es una urgencia ante la angustia de la vida. Es una invocación con un doble juego de reciprocidad para la obtención de un beneficio sobrenatural, milagroso y a cambio…la devoción permanente. El catolicismo los adopta y encuentra tierra fértil en México, en infinidad de imágenes sobre las advocaciones de la virgen, santos y mártires. Los exvotos también son documentos que narran la historia de los pueblos, sus revoluciones y luchas, colectivas e individuales. Registros populares de otras tantas violencias sustanciadas en láminas. Frida Kahlo pinta cuadros del México prehispánico y otros con la impronta de los exvotos y pudiera leerse en ellos quizás, una negociación entre la vida y la muerte, con el tormento y la tristeza, sin mediación divina, diálogo exento de fe, crudo, valiente. Hay quienes quieren ver también, una metáfora de sus sufrimientos espirituales, de sus angustias, de las infidelidades de Diego, de su propio dolor[2]. La figura de Frida Kahlo despierta siempre controversias, interpretaciones encontradas, argumentos contradictorios y todo a la vez. ¿Frida Kahlo se pinta? ¿Es su espejo, modelo para la realización de sus obras? ¿Es auto referencial? [3] ¿Son todos sus cuadros autorretratos o tal vez metáforas de lo universal femenino? ¿Traduce el dolor propio o el dolor de todas las mujeres ante infinidad de violencias domésticas, callejeras, laborales, mediáticas, psicológicas, violencias silenciosas y silenciadas que se materializan sobre ellas, día a día? Frida Kahlo se pinta y pinta exvotos pero, por sobre todo, pinta la vida misma. Frida Kahlo es mujer, luchadora innata ante la adversidad… y artista. “Unos cuantos Piquetitos” no pide milagros ni gracias, su exvoto no tiene redención alguna. Es el registro de un crimen atroz, de la violencia más absoluta sobre el cuerpo de una mujer. Sin calificativos. Un feminicidio más, con todos los atributos de exceso, locura y desborde que lo caracterizan. De los cuántos que se cometen en México, en Latinoamérica, en el mundo[4]. De los cuántos que se cometen desde siempre. Frida Kahlo tampoco pide aplausos, es mucho más que una artista tratando de exorcizar sus penas, miedos y dolores. Transgresora por naturaleza, desafía las costumbres de su tiempo y lidera, con sus acciones y obras, a muchas mujeres de esta época. Resquebraja estereotipos de belleza femenina, pintándose tullida, enferma, con cejas tupidas, vellos sobre los labios. Vestida de varón o con trajes tradicionales mexicanos[5]. De pelo corto al ras, sin aditamentos ni afeites, despojada total o llevando a cuestas el vestuario rico, infinito, diverso de su cultura. Combativa siempre, rompe con las ideas preconcebidas para el género. Mujer independiente, libre, pinta sus desgracias, sus abortos, sus accidentes, sus amores, sin entrar en ningún desánimo ante los obstáculos de la vida. Frida Kahlo se reconoce bisexual, tiene relaciones con hombres y mujeres pero por encima de todo, ama, respeta, admira e idolatra, profunda, total y sin mezquindades a Diego Rivera. Algunas feministas la tildan, por eso, por “sojuzgarse amorosamente a quien le propinó los momentos más felices de su vida y las desgracias y pesadumbres más entrañables”, de ser un contraejemplo del feminismo y proclaman y levantan pancartas por las calles que dicen “Abandona a tu Diego Rivera”, en son de crítica y rebajando su historia, sacándola de contexto, de época, ninguneando y reduciendo el valor del amor irrestricto, total, de entrega, que pocas veces la vida te ofrenda, a historias irredentas de mezquindades, desatinos, humillaciones, resignaciones y violencias. No es ésa la relación que mantiene con su querido y adorado Diego[6]. No es ésa la apuesta de ambos a pesar de los fracasos, las traiciones, las infidelidades y el pesar infinito, quizás de ambos. Frida encabronada, fuerte, retadora, colérica… nunca sumisa. Frida adorada, “la niña de sus ojos”, Fridita, dando y recibiendo estocadas y golpes de la vida, reincidiendo en Diego, es cierto, y Diego en Frida… también hay que decirlo. Frida Kahlo milita múltiples revoluciones, una primera que estrena apenas a los 6 años cuando la poliomielitis hace estragos en su cuerpo[7]. Así inicia la revolución del rehacerse permanente… cuando un accidente vuelve a sembrar de muertes su cuerpo[8]. Pero ella no desfallece, encuentra en esos sufrimientos su fortaleza, su coraje, y renace en el amor, en el socialismo y en las artes. Porque el arte le reconoce a Frida su irreverencia, su natural surrealismo[9], sus pinturas autobiográficas, plenas de realismo y magia. Porque Frida revoluciona en cada encuentro con Diego (al que ella califica de un accidente en su vida) y revoluciona también en cada separación. Revoluciona, ama y no se quiebra, renace entre cirugías, dolores, ballenas y corsés, reverdece gigante desde sus flaquezas. Frida Kahlo no es un estandarte del feminismo, o no sólo, porque su lucha trasciende los géneros. La lucha de Frida es lucha por la vida, intensa, profunda, sin regateos. Su obra documenta con precisión fotográfica la realidad. No es onírica su pintura aunque sea a veces alucinatoria y pareciera un desborde de fantasías, delirios y pesadillas. “Unos cuantos piquetitos” tampoco es una obra más del arte popular, contiene un tema reincidente en la vida cotidiana de un México infectado de machismos. No es la obra ingenua o naif de una burguesita de Coyoacán. Frida tiene una vida política, comunista y activista reconocida, y desde hace tiempo, cuando pinta este cuadro para ni siquiera sospecharlo. Sería simplista y lineal no leer la crítica que Frida sangra, gota a gota. Con este cuadro realiza una denuncia que excede su propia historia, y hay que señalarlo a quienes quieran ver en él una metáfora más de su biografía. Porque Frida lucha por la vida pinta la muerte, a pinceladas de sangre, obsesionada, al detalle, con técnica minuciosa. Pinta en la cama, sentada, acostada, reflejada en un espejo, amarrada a una silla de ruedas, clavada a columnas de acero que la sostienen, amputada, atravesada por un barral de tranvía. Pinta costillas rotas, pelvis aplastadas, hijos destruidos, fracturas, ilusiones abortadas[10]. Pero una visión de Frida sufriente es reducirla a algunos aspectos que signaron su vida. Porque en definitiva Frida bebe de esa manera la vida, a sorbos y a borbotones, hasta la borrachera. Frida Kahlo lucha por los derechos universales. Por eso no podemos olvidamos de Frida militando, amando, cantando, cocinando, gritando, bebiendo, gozando. No podemos olvidarnos de su México, su gente, sus revoluciones, sus calaveras, sus retablos, sus olores. No podemos hablar siquiera… si no conocemos los colores, los mercados, las catrinas, las atmósferas, los azules, las rupturas, los prejuicios, las clases sociales, los huipiles, los alcatraces, las chinampas, los colibríes, los corridos, los tequilas, los mariachis y los mezcales. México se prueba, se descubre, se goza, se padece, no se juzga. México y Frida son una paradoja que angustia, que revela y sacude, que redime, son las mil revoluciones nacientes y sofocadas pero nunca vencidas que muestra la historia y su historia, poesía molida en los molcajetes[11] de sus ancestros mestizos. México y Frida… se sudan. ¡Cabrones![12] Bibliografia:
[1] “Unos cuantos piquetitos” (1935), se basa en una notica que Frida lee en un periódico local: una mujer es asesinada por celos y en su defensa el hombre declara “sólo fueron unos cuantos piquetitos”. El impacto por la crueldad explícita en estas palabras hace que, una vez más, la ira sea vehículo para su pintura. [2] 1933. Rivera tiene un romance con Cristina, la hermana pequeña de Frida. Anteriormente hubo otras infidelidades por parte de Rivera, pero esta aventura con Cristina afecta mucho a Frida y supone un giro determinante en sus relaciones de pareja. Aunque llegan a superar sus desavenencias, Frida inicia otras relaciones amorosas tanto con hombres como con mujeres que continúan el resto de su vida. Rivera muestra fuertes celos sobre las relaciones extramatrimoniales de su esposa aunque lleva mejor las relaciones lésbicas de Frida que las heterosexuales. [3] Tanto los críticos de la obra de Frida Kahlo como sus biógrafos coinciden en señalar que cualquier intento de separar la vida personal de su obra resulta casi imposible al analizar la temática, la simbología y hasta la técnica de la obra de la artista. Son trabajos de sesgo personal y autobiográficos: Frida es sujeto y objeto de su pintura. [4] En América Latina, este tipo de crímenes alcanzan altos índices de ocurrencia, se manifiestan de forma sistemática, repetida y se caracterizan por su particular crueldad y sexualización. Así lo ponen en evidencia las estadísticas oficiales de 16 países de la región, específicamente Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, en los cuales entre los año 2010 y 2018 se contabilizan 12052 feminicidios, equivalentes a 1506 casos al año, 125 al mes, y por lo menos cuatro al día. [5] Los trajes tradicionales mexicanos, largos vestidos de colores y joyería exótica que viste Frida, se convierten, junto a su semblante cejijunto, en su imagen de marca. Diego ama su pintura y es también su mayor admirador. Frida, por su parte, es la mayor crítica de Diego. [6] Frida contrae matrimonio con Diego Rivera el 21 de agosto de 1929. Su relación estuvo basada en el amor y la admiración que se tienen (aunque hay aventuras con otras personas), en el vínculo creativo, odio, un divorcio en 1939 y un segundo matrimonio un año después. A su matrimonio lo llegan a llamar la unión entre un elefante y una paloma, pues Diego es enorme y obeso mientras que ella es pequeña y delgada. [7] El primero de estos infortunios consistió en una poliomielitis que contrajo en 1913, dando inicio a una serie de sucesivas enfermedades, lesiones diversas, accidentes y operaciones. Esta primera enfermedad la obliga a permanecer nueve meses en cama y le deja una secuela permanente: la pierna derecha mucho más delgada que la izquierda. [8] El 17 de septiembre de 1925 sufre un grave accidente cuando el autobús en el que ella viajaba es arrollado por un tranvía, quedando aplastado contra un muro y completamente destruido. Regresaba de la escuela a casa junto a Alejandro Gómez Arias, su novio de entonces. Su columna vertebral queda fracturada en tres partes, sufriendo además fracturas en dos costillas, en la clavícula y tres en el hueso pélvico. Su pierna derecha se fractura en once partes, su pie derecho se dislocó, su hombro izquierdo se descoyuntó y un pasamanos la atravesó desde la cadera izquierda hasta salir por la vagina. [9] André Breton define así su obra en 1938 durante una visita que realizó junto a su esposa Jaqueline en México, en la que Frida y Diego son anfitriones de la pareja. Por esa época, acabas de llevarse a efecto la Exposition Internationale du Surréalisme en París, que Breton ha organizado junto a otros artistas prominentes del movimiento surrealista: Marcel Duchamp, Paul Éluard, Salvador Dalí, Max Ernst, Man Ray y Wolfgang Paalen. Frida participa con dos de sus obras (La mesa herida y Las dos Fridas) en la versión mexicana del gran evento en París de 1938: la Exposición Internacional de Surrealistas de la Galería de Arte Mexicano de Inés Amor. Una exposición que además contó con el apoyo de Breton y en la que participaron, entre otros artistas, otras dos mujeres: Leonora Carrington y Remedios Varo. [10] Frida, debido a sus lesiones, nunca llega a tener hijos, cosa que tarda muchos años en aceptar. En 1930, Frida se embaraza por primera vez. Sin embargo, debido a la posición anómala del feto y a las secuelas del accidente de 1925, el embarazo de tres meses debe ser interrumpido, según decide el médico Jesús Marín. Por aquel entonces otros médicos opinaron que probablemente Frida nunca podría tener hijos. [11] El molcajete —del náhuatl molli 'guisado, salsa', y caxitl, 'cajete o escudilla'— es un mortero de piedra de tamaño variable, con tres patas cortas en la base, en el que con un tejolote —de texolotl, 'muñón de piedra'—, se machacan o muelen ingredientes para preparar salsas y otros platillos. [12] En México expresión popular, mítica, interclasista, desafiante y provocadora que resume “no importa lo que se piense de esto o como se lo vea”.
0 Comments
Ni por sus fines, ni por sus principios, Pensamiento Mágico y Ciencia son términos irreconciliables. A pesar de muchísimos intentos divisionistas, uno y otro se deben histórica y dialécticamente cierto principio de unidad, fracturado más por refriegas ideológicas que por las causas y consecuencias del conocimiento.
Nadie puede negar, a menos que se violenten los contextos culturales y la evolución del saber, distintos en cada sociedad, el principio de ordenación lógica atesorado originariamente por los conocimientos más antiguos, llamados pre-lógicos, mágicos o pre-científicos. Jamás fueron ilógicas o asistemáticas las relaciones establecidas con las fuerzas naturales. Los principios mágicos de similitud y contigüidad, no son razonamientos estúpidos atribuibles al primitivismo de ignorantes. El Nilo no baña y fecunda sólo los territorios aledaños, también baña y fecunda el conocimiento, sus análisis, pruebas y leyes. Lo hace con lenguajes propios y síntesis originales. ¿Por qué cierta idea de ciencia descalificó al pensamiento mágico? Una explicación proviene de la dominación imperial de pueblos que eliminan culturas sometidas. Exclusión, tergiversación, persecución...muchas veces organizada por científicos, sabios u hombres de conocimiento. Otra respuesta proviene de la obstinación basada en fetichizar el método, la demostración y la prueba, más una cretinización de resultados. Descalificar los métodos ajenos, después de Grecia, es un rito de poder que practica cierta ciencia y que, paradógicamente, ronda las mismas nociones de universalidad, prueba y demostración del pensamiento mágico. Con aciertos y errores...propios de toda búsqueda. Otro problema es la intolerancia hacia lo diferente. Ninguna investigación sobre la historia de la ciencia y el pensamiento mágico puede omitir de sus obligaciones teóricas el estudio sobre modos de producción económica y condiciones de clase, sus lenguajes y lógicas disímbolas. Brujos, hechiceros, curanderos y sacerdotes, en períodos distintos, con expresiones propias y bajo condiciones socialmente determinadas, fueron poseedores y/o generadores del conocimiento. Sobre sus aportes, contradicciones y debates se funda un fluir errático y azaroso de ciencias, artes y tecnologías indisociables de las ideologías dominantes. La emergencia de las ciencias ha tenido estadios desiguales y dialécticos, determinada además por los intercambios entre pueblos. Fuente de discusiones agrias por cuanto se refiere a la capacidad para leer, diacrónica y sincrónicamente, las dimensiones semánticas y científicas de cada época. Los modos de apropiación, interpretación y producción de conocimientos tuvieron siempre de base lo que cada pueblo identificó como entorno natural y la mayor o menor importancia concedida a la idea de realidad, incluidas las nociones divinas. De esa interacción, referida siempre a la satisfacción de necesidades, surge el repertorio dialéctico de las imágenes con que se arman las estructuras cognitivas, comunicacionales y creativas. El Pensamiento Mágico y la Ciencia contienen de manera multimodal las interrelaciones del conocimiento derivadas de las condiciones sociales, su estado de independencia frente a las hegemonías económicas, las complicaciones para desarrollar discursos propios y el repertorio de factores psicológicos que, desde lo individual hasta lo grupal, determinan usos o rechazos en la producción del conocimiento. Hay conocimientos que se transforman, otros que se diluyen y algunos más que se mantienen intactos. Las ciencias son materia dúctil; sus premisas no son permanentemente útiles, duraderas e infalibles; vigentes o no, exclusivamente por el valor de adecuación o inadecuación de sus proposiciones con las realidades nuevas . Es la sociedad en su totalidad la que determina, en la práctica y según su historia, cada uno de los valores de la ciencia y el pensamiento mágico. Por ello, las metodologías fallan cuando toman para el análisis científico objetos descontextuados atomizando el conocimiento y sus relaciones. Pensamiento Mágico y Ciencia suponen la existencia de una pasión sui géneris que cruza, con matices y variaciones, todo cuerpo de conocimientos. Incluídos los racionalismos. Pasión por dominar la naturaleza, por someterla utilitariamente. Pasión de conocimiento posesivo que escudriña lo desconocido detrás de lo patente. Brujos, hechiceros, curanderos, chamanes, teóricos, filósofos y científicos participan de un mismo proceso intelectual eficientista que, invariablemente, tiene bases materiales y consideraciones sagradas. Pasión sacralizante que levanta totems a diestra y siniestra. Para las deidades, las fuerzas naturales, para el vacío, lo ignoto y la nada...para la razón, la lógica y el método. Pasión inmensurable totalizante, cándida y arrogante, que supone en su fuerza, la posibilidad de controlar fenómenos...repetirlos...conducirlos. Con el agregado trascendental que el Pensamiento Mágico aporta y que transforma al hombre en ser religioso con tiempos y espacios sagrados. También pasión de poder. Ni bien ni mal provisionalmente, hasta someter los casos al análisis ético de clase, obligatorio para toda forma de apropiación del conocimiento, su ordenación y reproducción. A todas las soberbias científicas hay que oponer un trabajo serio de crítica histórico social. ¿Qué es la ciencia después de todo? ¿Qué la distingue del Pensamiento Mágico? ¿Qué la autoriza a desautorizarlo?. En la vocación reduccionista de emparentar ciencia con demostración, la ciencia misma ha fallado pertinazmente. Sus objetos y definiciones normalmente se empantanan en métodos que no alcanzan a interconectarse con la realidad social e histórica, subordinados a proyectos ideológicos que rinden pleitesía a la fragmentación. No es poca cosa. No hemos visto el desarrollo de las ciencias hacia un modelo totalizador e interdisciplinario que deje de inclinarse ante los intereses políticos, económicos e ideológicos burgueses. No hemos visto a los científicos entregados a la transformación social con instrumentos de trabajo abiertos a los grupos, es decir a su servicio no mercantil, ni hemos visto aplicada a las realidades sociales la capacidad crítica de la ciencia toda. El mito de la demostración científica en muchos sentidos se parece a los cuentos de hadas. Ninguna demostración de laboratorio, por más abstracciones sutiles que desarrolle, es la realidad, no es evolución objetiva y mucho menos justicia social en su escala. La ciencia se fetichiza en la tecnología, llevada generalmente de la mano por designios militaristas. Ha creado divinidades publicitadas como infalibles a sabiendas de que es justamente la incertidumbre, lo efímero de un sistema de mercado lo que ha signado la inmensa mayoría de la producción tecnológica en manos de algunas ciencias. Se vende gato por liebre para justificar aparatos burocráticos de ineficiencia científica, al precio de valor moral llamado progreso. El conjunto de necesidades humanas aun no ve venir el producto del Pensamiento Científico entregado a la transformación de realidades colectivas. Designios del poder burgués que ha ocasionado estragos similares en el Pensamiento Mágico. Hay que ponerse a salvo de idealizaciones cándidas. El Pensamiento Mágico, que es en realidad todo el pensamiento, fuente histórica del conocimiento, también ha sido manejado por intereses de clase a lo largo de la evolución humana. Hay que saber distinguir entre la producción social del Pensamiento Mágico en manos de los pueblos, y la utilización que Amos, Clérigos, Señores Feudales, Comerciantes, Empresarios y Políticos han hecho. Tergiversaciones, omisiones, ridiculizaciones para usos rentables, en lo ideológico y en el capital. Ciencia y Pensamiento Mágico no son términos irreconciliables. Si salvamos el hecho de que método y demostración están determinados por el entorno cultural y su desarrollo, si advertimos las exigencias metodológicas de interpretar los lenguajes expositivos más allá de cualquier reduccionismo, podríamos intentar responder a la pregunta ¿las obras del conocimiento en civilizaciones no occidentalizadas pueden ser llamadas científicas cuando, en su método como en su expresión, están soportadas por el pensamiento analógico, la magia, la poesía, la intuición, la observación empírica tradicional, el arte, la religión, la curandería, la hechicería, los mitos, los ritos, las supersticiones y el azar, entre otras formas de conocimiento?. ¿Qué descalificaría como obra de Ciencia al Calendario Azteca, síntesis extraordinaria del Pensamiento Mágico?. ¿Sus lenguajes? ¿Ser de obra de “primitivos”? Muy por el contrario, no hay carencia de demostración y exposición en su Imagen integradora de utilidad práctica palmaria y aportación al conocimiento universal. En el mundo nahuatl se manejaban dos calendarios: el Xiuhpohualli, “cuenta de los años” y el Tonalpohualli, “cuenta de los días”, combinados en eras de 52 años. El primero estaba dividido en 18 meses de veinte días a los que añadían 5 sobrantes, considerados nefastos y aciagos. El Tonalpohualli, “cuenta de los destinos” era un calendario adivinatorio formado por la combinación de 20 signos sagrados y 13 números que totalizaban 260 días y que poseía aplicaciones en los cálculos de fenómenos celestes, como eclipses y ciclos planetarios. “La Piedra de los Soles, conocida como Calendario Azteca, representa las creaciones y destrucciones del mundo, síntesis del tiempo. En el primer círculo, al centro, destaca Tonatiuh, enmarcado como en un enorme signo, el rostro gesticulante del Sol, Nahui Ollin, Quinto Sol o Cuatro Movimiento, el nombre de nuestro mundo. “El nuestro, en el que vivimos, y que fue también el de Nuestro Señor de Tula, la Serpiente con Plumas”. La palabra Ollin significa a la vez “movimiento” y “temblor de tierra” y es el nombre de uno de los veinte días del calendario sagrado de México. Nuestro universo nació el día “Cuatro Movimiento”, cuando el Sol comenzó a desplazarse en los cielos y se hundirá entre temblores de tierra y cataclismos. “Entonces los monstruos del crepúsculo, los Tzitzimine de máscara esquelética que están agazapados a la sombra en el Occidente, esperando su hora, surgirán de las tinieblas para examinar a la humanidad”. Nuestro universo, según los antiguos mexicanos, es el quinto de una serie, cuatro soles le han precedido. En el segundo círculo, en los cuadrángulos aparecen grabados en jeroglifos, en el interior de las cuatro ramas del signo Ollin, los cuatro soles destruidos: Nahui Ehecatl, Nahui Ocelotl, Nahui Atl, Nahui Quiahuitl. En el tercer círculo están los glifos de los veinte días sagrados. En el cuarto círculo aparecen “chalchihuitl”, piedras preciosas de jade, símbolo del corazón y síntesis del espíritu y el cuerpo. En el quinto círculo se mueven los rayos solares. En el sexto círculo, dos serpientes de fuego, Xiuhcoatl cierran el signo de la totalidad. Así, lejos de imaginar un mundo estable y seguro, que existiera en todo tiempo o creado de una vez para siempre hasta un fin lejano, el pensamiento indígena veía al hombre colocado, “descendido” (el verbo temo, en azteca significa a la vez “nacer” y “descender”) en un universo frágil sometido a un devenir, en ciclos que terminan en una dramática catástrofe. Los sacerdotes astrónomos mayas, élite filosófica de la antigüedad americana, lograron representar a través de cálculos sobre millones de años, la inmensidad prodigiosa del tiempo transcurrido y por venir, no como una duración lineal, sino como una serie infinita de períodos análogos a las ruedas dentadas de un mecanismo de relojería. “La intuición indígena, como un audaz sondeo, supo alcanzar una capa de realidad de la que nosotros mismos tomamos conciencia a medida que se disipa la orgullosa seguridad de que gozábamos aún hace medio siglo. Ahora lo sabemos: Todo Sol está condenado a extinguirse. Una civilización puede sucumbir bajo el asalto de los bárbaros- los jaguares del primer universo-, puede sumirse en la impotencia y la futilidad- los hombres se transforman en monos- , o bien sucumbir bajo los golpes de fuerzas naturales- diluvio, temblores de tierra- o finalmente explotar en una última conflagración- la lluvia de fuego que no es ya, en nuestra época una simple imagen legendaria. El mito mexicano, expresión de una antigua sabiduría, se incorpora a la inquietud de hoy”. Jacques Soustelle. “Los Cuatro Soles. Origen y ocaso de las culturas”. Patricia Perouch y Fernando Buen Abad "La diferencia entre los seres humanos y los demás animales es que nosotros dedicamos mucho tiempo a conseguir que los objetos inanimados nos obedezcan" Page
Recurrentemente las investigaciones sobre el Pensamiento Mágico tienen como horizonte la dificultad de acceder a un recuento sistematizado de "verdades" cuyo valor "científico" unifique criterios. Esta no es la excepción. El Pensamiento Mágico no es propiedad de iluminados. No es posesión de secretos, ni privilegio de castas sectarias entrenadas para apropiarse y hacer rentables, de un modo u otro, las cualidades humanas. Es uno de esos enigmas culturales que no se agota con las respuestas. Por eso la investigación debe ser proceso dialéctico y lúdico que toma como materia los lenguajes complejísimos de la naturaleza y todas las interlocuciones que el pensamiento entabla con ella, en pleno uso de las facultades que aporta la magia creativa. Es posible hoy estudiar el Pensamiento Mágico para redimensionarnos todos con menos miedo a la persecución que suele deformar lo humano en las hogueras oscurantistas. "Hay que pagar a un precio desconocido el placer de no utilizar lo conocido" Paul Valery Todo parece confirmar que existe en los procesos generales del conocimiento un componente constante capaz de modelar "la realidad" al antojo de premisas enigmáticas desobedientes de "lo lógico". Se le llama Pensamiento Mágico por acentuar ese carácter peculiar del conocimiento que habita en nosotros y remueve las formas más primarias de relación con la naturaleza y que por su dinámica, posee funciones similares a las instintivas. Lo llamamos Pensamiento Mágico porque pautamos diferencias que criban la confusión ideológica generada por los racionalismos, los cientificismos y los positivismos de todos los tiempos. Llamamos pensamiento mágico a ese sistema de ordenación conceptual indefinible, indomable e irrenunciable, donde habitan las funciones humanas más inefables como la fantasía, la creatividad y el juego. Llamamos Pensamiento Mágico a eso que se opone al proceso de degradación del significado total y que también animó al conocimiento religioso y científico, sus claves, dimensiones y secretos. En el centro del Pensamiento Mágico está el misterio de la vida, la creación, el problema del secreto, el poder, el conocimiento , el tiempo y la totalidad, asumidos como interrogantes cuya respuesta no radica en un sistema de conclusiones silogísticas, sino en recuperaciones, síntesis analógica de todos los lenguajes. El Pensamiento Mágico también es el deseo, motor de los procesos creativos en todas sus expresiones. La vocación del Pensamiento Mágico es consolidarse en agente de transformación permanente que no omite o jerarquiza ninguna de las fuentes especulativas de la inteligencia y que sí tiene la tendencia permanente a sintetizarlas en ejercicios de intervención dialéctica sobre la materia y la fantasía. El Pensamiento Mágico es un sistema de articulación que promueve investigaciones abiertas para que la inteligencia y el espíritu reinterpreten todas las potencias y secretos de la naturaleza. Es por su vocación ejercicio de expansión, liberación y transformación. Aporta en el plano de los hechos, soluciones producidas desde la capacidad más abierta del conocimiento. Ese carácter liberador, caprichoso e irreverente es por antonomasia el punto de oposición más insalvable por el cual se ha generado, a lo largo de la historia, una persecución multimodal muy cuidadosa, camuflada bajo formas de ideologización diversas. Los magos, brujos, hechiceros, filósofos y algunos científicos han sido "satanizados", no por un supuesto contacto con las "fuerzas del mal", sino por sus pensamientos y convocatorias irreverentes. Se oponen a todas las formas de subordinación que tratan de dominar la existencia tergiversándola y sometiéndola con resignaciones deterministas que convierten la esclavitud en designio divino, moral y purificador. El Pensamiento Mágico inquieta la necesidad de invención, creatividad y acción. "Hay que admitir que un común denominador une al hechicero, al poeta y al loco, el cual, no puede ser más que la magia. La magia es la carne y la sangre de la poesía. Es más, en una época en que la magia resumía toda la ciencia humana, la poesía aún no se distinguía de la magia". Benjamín Peret Mago es quien saca de su fantasía esa síntesis objetual y conceptual que estimula la concreción de algún cambio en el que la totalidad evoluciona. Por eso es "mago" por ejemplo, el que entiende el cuerpo e identifica en él sus necesidades de bienestar, placer y desarrollo, factores opuestos a la enfermedad, la subestimación y la culpa tan rentables para la explotación. Por eso fueron y son quemados en leña verde de fuego abrazador y fuego moralista, todos aquellos descubridores de modos "no autorizados" para terminar con las calamidades. Por eso se acusa de bruja o hechicera toda voluntad de saber que no entiende por ciencia única la del imperio de la demostración silogística- cuantitativa. Por eso es mago el que de "la nada" (como se considera a la imaginación, al juego y a la fantasía) saca el "conejo" que resuelve primero a esa nada de donde proviene, y luego al todo, evidenciando analógicamente dónde está el secreto del poder humano. Tiembla el racionalismo esquemático y reduccionista ante los actos de la intuición fantástica, sintetizadora de todos los saberes que son propiedad histórica del subconsciente colectivo y de las sociedades. Hay que exorcizar sin dogmatismos eso que llamamos Pensamiento Mágico que tanto se ha tergiversado, vulgarizado y ninguneado. Su sentido y carácter como función del conocimiento se hunde en nebulosas ideológicas suficientemente sospechosas. Es tal la saturación provocada por el manoseo que una de las tareas contemporáneas más difíciles consiste en cribar de las parafernalias teórico-calumnísticas el peso real, importancia y alcance del Pensamiento Mágico en la historia de la cultura. El Pensamiento Mágico es una categoría de conocimiento cuya definición se verifica el contexto, está consustanciado en todas las otras formas del pensar, rebasa casi cualquier forma de clasificación o sistematización porque se opone a la degradación de lo fantástico y al aislamiento atomístico del conjunto de las fuerzas que animan la vida. Probablemente su principal opositor sea eso que tenga como principio el miedo. "Mago es un investigador que trata de hacer penetrar lo sobrenatural en el terreno de lo natural y la magia no es después de todo, según la expresión de Karl du Prel, más que la ciencia natural desconocida" Pierre Piobb . Patricia Perouch - Fernando Buen Abad Domínguez |